El Roskomos ha confirmado que la nueva estación espacial rusa se pondrá en órbita en 2024 e implicará la pérdida de al menos 3 módulos de la Estación Espacial Internacional.
Se confirman los rumores, con todo su peso: los rusos se van de la estación espacial internacional. De hecho, construirán su propio laboratorio a gran altitud empleando para ello algunos de los módulos de la ISS. El destino está echado y las fechas auguran el cambio para 2024. Aunque no es algo que haya pillado a nadie por sorpresa, las implicaciones para Europa y para Estados Unidos son bastante negativas. La pérdida de un módulo no es nada agradable. Y si son tres, ya la cosa parece adquirir otro talante. Además, a pesar de los esfuerzos de las agencias por contar con sus propios medios, hasta ahora tanto la ESA como la NASA ha dependido en gran medida de los recursos y esfuerzos rusos. Parece que la carrera espacial podría convertirse de nuevo en una "carrera".
La estación espacial rusa, una realidad
Según ha sido aprobado por el Roskosmos, la agencia espacial rusa, la nueva estación espacial constará de varios módulos, algunos propios de la ISS, unidos a al menos uno nuevo que está todavía por construir. Los planes aprobados incluyen la participación de la agencia rusa en las tareas de mantenimiento e investigación de la Estación Espacial Internacional hasta 2024. Esto quiere decir que hasta esa fecha los programas seguirán con lo establecido, momento tras el cual la nueva estación espacial rusa será la que albergue la totalidad de las operaciones del país. Este nuevo programa se encuadra en la política espacial rusa cuyos objetivos son el modernizar los recursos espaciales nacionales y perseguir la investigación de nuevos objetivos, como son el espacio profundo o la mismísima luna.
La idea de una estación espacial rusa es ya vieja y parece haber recibido un nuevo ímpetu recientemente. Por ahora, el Roskosmos está planeando la construcción y añadidura del nuevo MLM a la ISS, planes que llevan retrasándose algunos años. La nueva estación espacial rusa contará con este módulo multipropósito (o MLM), que se espera añadir a la ISS entre 2018 y 2020 (para separarse después), el módulo nodular (UM) y el NEM, o módulo científico. Esto supone la reconfiguración de la ISS, cuyo destino todavía no tenemos claro, aunque puede suponer, completamente, planes para "bajar" la estación a tierra. Aunque por otro lado, podría esperarse una actualización de la estación. Esto no es nada extraño si recordamos que recientemente oíamos hablar del contrato operado por SpaceX y Boeing para poder llevar transportes civiles a la ISS en un futuro próximo. ¿Supone esto, que las empresas particulares podrían estar implicadas en dicha reconfiguración de la ISS? Hasta que no tengamos más declaraciones todavía no podemos hacer más que especular al respecto.
Una puerta a la ¿luna?
Es asombroso leer la decisión de Rusia de construir un nuevo laboratorio de gran altitud, independiente de la ISS. ¿Por qué? Muy sencillo: hasta hace muy poco, los responsables del programa espacial ruso afirmaban que su prioridad era la luna. Sin embargo, la construcción de una nueva estación espacial rusa supone dividir esfuerzos y recursos en un proyecto monumental. Aunque la intención del Roskosmos es la de construir una nueva estación espacial rusa más económica y eficiente que la ISS, lo cierto es que esto retrasará algunos años la puesta en pie de los rusos en la luna. Según afirman desde la agencia, Rusia podría trasladar sus operaciones desde esta Rusia espera poder tener una base operativa lunar para el año 2030
nueva estación espacial rusa a la superficie lunar en 2030. Mientras tanto, el objetivo es la exploración de nuestro satélite desde la órbita de la estación mediante robots y sondas.
Por otro lado, Rusia tiene intenciones de seguir sus investigaciones camino al espacio profundo. El nuevo laboratorio servirá para continuar el programa espacial ruso en busca de nuevos objetivos, como pudiera ser, incluso, la conquista de otro planeta. Los planes de poner una estación espacial rusa nueva en órbita necesitan, por tanto, de varias revisiones importantes. Desde los módulos de transporte a la política de investigación. Muchos de estos aspectos comenzarán a tratarse a partir del próximo marzo. Pero la última palabra ya está dicha: Rusia deja la ISS a su suerte y se centra en su propio programa espacial. ¿Qué haremos el resto de países? Hasta el momento, como decíamos, hemos dependido muchísimo de los rusos para llegar al espacio. Por suerte, las agencias, ya están poniendo medidas para continuar con su carrera espacial de una manera más independiente.
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