Aunque se pueden utilizar algunas herramientas para simplificar el proceso, ofrecemos algunos consejos para realizar astrofotografía únicamente con una cámara y un trípode.
Hace unas dos semanas se realizó el lanzamiento de la Nikon D810A, una cámara que se encuentra especialmente destinada a aquellas personas amantes de la astrofotografía. Sin embargo, aunque nuestro dispositivo no se encuentre pensado para tomar este tipo de imágenes, eso no significa que no podamos hacerlo.
Existen herramientas como telescopios o dispositivos de seguimiento, las cuales hacen mucho más fácil el proceso de hacer fotos a estrellas, pero lo cierto es que esta tecnología suele ser algo cara, escapándose así del alcance de cualquier persona que no sea muy fan de la astrofotografía.
Aunque los resultados no pueden ser equiparables, también podemos tomar buenas imágenes si únicamente utilizamos nuestra cámara y un trípode. Únicamente se necesitan esos dos elementos, y algo de habilidad, para intentar captar alguna constelación situada en el cielo nocturno.
Pero antes debemos ser conscientes de algunos aspectos, los cuales se encuentran especialmente relacionados con cómo será captada la luz por nuestra cámara. Las estrellas son puntos luminosos, algo que contrasta bastante con el cielo durante la noche, por lo que tendremos que establecer un punto de equilibrio entre luces y sombras para terminar consiguiendo una imagen adecuada.
Repasemos los puntos que deberíamos tener en cuenta para realizar astrofotografía y así tener una instantánea que pueda cumplir nuestras expectativas iniciales.
Materiales
Como hemos mencionado anteriormente, para una astrofotografía de calidad se suelen utilizar telescopios, pero nosotros vamos a limitarnos a lo básico:
Cámara: este punto está claro, pero no nos vale con cualquier cámara. Nuestro dispositivo debe darnos la posibilidad de utilizar el modo bulb (la cortinilla se abre durante el tiempo que queramos) o largos tiempos de exposición. Así, podremos jugar con el ISO, la apertura y la velocidad de obturación para configurar una instantánea con unos ajustes personalizados. El tiempo de exposición también se encuentra relacionado con la calidad de nuestro sensor, así como la capacidad de éste para no calentarse.
Trípode: es prácticamente imprescindible. Dependerá del entorno donde nos situemos para realizar la toma y de factores como el viento, pero cuanto más robusto y estable sea, menos riesgo tendremos de obtener una imagen trepidada. Tener un buen trípode es algo relevante, especialmente cuando (como es el caso) vamos a realizar fotos de larga exposición.
Objetivo: al contrario de lo que se podría pensar, lo recomendado no es un teleobjetivo, sino un gran angular, ya que suelen ser más luminosos y nos permiten abarcar una imagen más amplia.
Los ajustes
Apertura: aunque tengamos un objetivo con un número f bastante amplio, también debemos ser conscientes de que a grandes aperturas se reduce la distancia focal y se suelen producir más aberraciones. Lo ideal sería utilizar un diafragma cercano al f/8, que suele ser el más próximo al punto dulce de nuestro objetivo.
Velocidad de obturación: dependerá de la luminosidad de la escena y de lo que queramos conseguir. En ocasiones se pretende captar la estela de las estrellas producida por la rotación de la tierra, por lo que deberíamos utilizar una velocidad de obturación bastante lenta, algo que se compensaría cerrando el diafragma. Por otro lado, habrá que utilizar una obturación más rápida si queremos una imagen fija de un conjunto estelar, aquí habrá que abrir el diafragma y subir la ISO si fuese necesario.
ISO: como se ha mencionado en el anterior punto, la sensibilidad puede ser un buen recurso si lo que pretendemos es captar una imagen fija sin recurrir a una velocidad de obturación lenta. El problema es que un elevado valor de sensibilidad aumenta el ruido mostrado en la instantánea. Este punto dependerá mucho de las características de nuestra cámara y de cómo es capaz de soportar altas sensibilidades.
Enfoque: lo ideal es utilizar el enfoque manual, quizás ayudándonos del live view para aumentar la imagen y comprobar que se encuentra en foco correctamente. También se puede optar por utilizar el autoenfoque, posteriormente apuntar a una estrella luminosa, y cambiarlo a manual para que no se modifique.
La contaminación lumínica
Es el gran enemigo de todo aficionado a la astrofotografía. La contaminación lumínica está originada principalmente en las ciudades, e impiden contemplar correctamente el cielo. A medida que nos alejamos de los núcleos urbanos, la luz residual se disminuirá y nos dejará ver adecuadamente las constelaciones.
En muchas ocasiones, este efecto es el culpable de que las fotos nocturnas aparezcan con un matiz anaranjado, aberraciones y poco enfocadas. Se trata de una luz parásita que se termina reflejando en nuestra lente y que termina provocando que nuestras imágenes no tengan la calidad necesaria.
La solución para ello es alejarnos de las zonas especialmente lumínicas, lo que nos permitirá, no solo captar mejores fotografías, sino disfrutar con nuestros propios ojos de un espectáculo estelar del que no solemos ser conscientes.
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