¿Qué son los contaminantes emergentes? Este tipo de vertidos, casi desconocidos y no regulados, suponen un problema imprevisto y cada vez mayor. No solo afectan al ecosistema, sino que podrían volver a nuestros circuitos de agua potable.
Cuanta más capacidad tenemos de analizar el mundo que nos rodea, apreciamos mucho mejor nuestra huella en él. Quién nos iba a decir a nosotros, hace unos años, que los medicamentos que usamos se convertirían en un problema para los ecosistemas incluso después de pasar por las depuradoras. Y no solo los fármacos. Existen muchas otras sustancias que están cambiando el mundo que conocemos y para los cuales ahora mismo no tenemos solución directa. Los contaminantes emergentes son residuos difíciles de tratar, muy persistentes y que tienen consecuencias imprevistas. Por ejemplo, hacen que les crezcan ovarios a varias especies de peces; o cambian por completo el ciclo ecológico de algunos moluscos. Es más, pueden volver a nuestros circuitos de aguas y afectarnos directamente a los seres humanos. Cada día, como decíamos, lo vemos más fácilmente. Ahora toca poner una solución.
El peligro de los contaminantes emergentes
Un reciente estudio mostraba un hecho inquietante: la población de varias especies de pez de río se estaban viendo afectadas por culpa de ciertos vertidos. Éstos no son otros que hormonas y precursores de hormonas procedentes de los métodos anticonceptivos que usamos (pastillas del día después, tratamientos anticonceptivos tradicionales, etc). Estos compuestos pasan por nuestro cuerpo y son expulsados por la orina, tras lo que van a parar a la depuradora de aguas y salen igual que entraron, pero esta vez al torrente de un río. ¿Por qué no se tratan en la depuradora? Muy sencillo, porque no se puede. Las depuradoras de aguas no están preparadas para deshacerse de este tipo de medicamentos y sustancias. Es más, ni si quiera están reguladas, por lo que su vertido, hasta hace muy poco, se desconocía por completo. Y no solo ocurre con los anticonceptivos. Los antibióticos, los analgésicos, antidepresivos y muchas otras sustancias químicas de síntesis son arrojadas a las aguas.
La concentración que al principio puede parecer inocua se convierte en algo importante. En primer lugar porque no hace falta una gran cantidad para que esto afecte a un organismo. En segundo, porque no afectan a los habitantes de un río igual que nos afectan a los humanos. En tercero, porque realmente no sabemos cuanto pueden durar y concentrarse, aunque vamos haciéndonos una idea. Y no es buena. Además de los fármacos, existen todo tipo de sustancias que hasta ahora parecían inofensivas y que, por no prestar la suficiente atención, acabamos de descubrir que es ahora uno de los contaminantes emergentes más activos. Su descubrimiento pone de manifiesto una idea muy importante: tenemos que investigar más, conocerlos mejor y aprender a tratarlos. Porque si no, estos contaminantes emergentes pueden volver a nuestro ciclo de agua potable y afectarnos directamente. Y gravemente. Por ahora no hay muchos indicios de que haya ocurrido, aunque existen casos que nos hacen sospechar. Pero, entonces, ¿qué consecuencias hemos comprobado hasta la fecha?
A este pez le han crecido ovarios
Los peces tienen un particular ciclo de vida (en realidad muchos). La gran mayoría de especies pasan a lo largo de su existencia siendo tanto hembras como machos. En un momento dado son hembras fértiles, depositando huevos y al tiempo, debido a varios factores ambientales, se convierten en machos y desarrollan gónadas masculinas, atrofiando las femeninas. Estos factores suelen ser debidos al "quorum", es decir el número de individuos que hay. O al tiempo. Incluso a la temperatura. Y están directamente relacionados con las hormonas, que son las señales internas que les indica a su cuerpo que es hora de evolucionar. Ahora, en la naturaleza las hormonas sexuales y sus precursores están bastante conservadas. Esto quiere decir que se parecen bastante independientemente de la especie, de manera que las hormonas No estamos preparados para tratar adecuadamente este tipo de residuos
sintéticas usadas en los métodos anticonceptivos pueden "parecer" hormonas sexuales de pez.
Y sí, esto provoca que los machos se vuelvan de nuevo hembras, interrumpiendo su ciclo vital natural. De hecho, estas hormonas pueden desestabilizar un ciclo complejísimo de reproducción, provocando la muerte de los embriones dispuestos en los huevos y reduciendo la viabilidad del proceso. Esto se ha visto, y comprobado, en peces, anfibios y otras especies cuyo desaparición tenía mosqueados a los investigadores. El problema de los contaminantes emergentes, como explicábamos, radica en que no podemos tratarlos adecuadamente. Y es que la naturaleza de estos contaminantes emergentes es muy duradera. La intención de un medicamento, al fin y al cabo, es que dure en el organismo, una depuradora muy potente, todo el tiempo posible, hasta ser expulsada (pero no por ello destruida). Las depuradoras tratan residuos que conocemos, cada vez más eficientemente, pero no están preparadas para tratar venenos, fármacos o antibióticos. Hace falta más investigación para poder poner una solución satisfactoria. Si no, algún día, podríamos encontrarnos con una desagradable sorpresa. Por suerte ya hay científicos que se han percatado del problema.
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