Rubén Salgado es el ganador del Sony World Photography Award en Retratos dentro de la categoría de fotógrafos profesionales. Nos cuenta, entre otras cosas, por qué decidió abandonar una exitosa carrera en el mundo de los videojuegos para volcarse en la fotografía documental.
Estuvimos en Londres en la gala de entrega de los Sony World Photography Awards 2015. Uno de los ganadores fue Rubén Salgado, que decidió dejar de desarrollar videojuegos para relatar historias a través de la fotografía. A día de hoy vive en Myanmar, así que aprovechamos el marco del evento para charlar con él sobre su proyecto “Solar Portraits in Myanmar”, que le ha servido para hacerse con el galardón de Sony.
¿Qué es lo que te impulsó primero a ser fotógrafo y luego a especializarte en la fotografía documental?
Uso la fotografía para concienciar y conseguir cambios reales
Llevo trabajando en la fotografía solo dos años. Anteriormente estuve durante 10 años en el mundo de los videojuegos. Hacía animación en 3D, sobre todo en Crytek, que es una de las desarrolladoras de videojuegos más importantes de Europa. Yo era el jefe de animación. No obstante, la fotografía para mí siempre ha estado ahí. Mi madre es fotógrafa y ha sido fotoperiodista, y yo me he criado con ella, aunque nunca consideré la fotografía como algo a lo que quisiera dedicarme. Pero mi madre siempre me inculcó la consciencia social, estar al tanto de la condición humana, política. Viajé mucho con ella, he vivido en diferentes sitios del mundo y mi interés por la sociedad en general era cada vez mayor.
Empecé a hacer fotos hace seis años, cuando me fui con un amigo de vacaciones a Irán. Me compré una cámara de segunda mano y ahí nació una nueva pasión.
El paso hacia la fotografía documental fue natural, entonces...
Totalmente. Desde aquel viaje a Irán fui aprendiendo por mi cuenta, hasta que un día tomé la decisión de tirarme a la piscina, dejar el mundo de los videojuegos, el virtual, y trabajar en el mundo real y contar historias reales.
¿Cómo surgió la idea de “Solar Portraits in Myanmar”, el proyecto que presentaste a los Sony World Photography Awards 2015?
Vivo en Birmania desde hace dos años y trabajo allí como fotógrafo. La idea nació después de trabajar para una organización humanitaria que desarrolla infraestructuras en áreas rurales de la zona. Estuvimos viajando durante un mes por esas áreas y yo documentaba la labor de esta organización. Por todas partes, lo que más me chocaba era la falta de electricidad y de luz artificial. Un día llegamos a un pueblo en el que había unas cabañas que tenían luz solar y ahí me di cuenta de la diferencia de calidad de vida entre las diferentes familias (las que tenían electricidad y las que no). Cuando regresé a Yangôn, que es donde vivo, me puse a investigar sobre esta situación y empecé a viajar por mi cuenta para documentar a gente que tiene luz gracias a los paneles solares, más que nada para dar visibilidad, no solo al problema de acceso a la electricidad que hay, sino para mostrar que existe una solución, al menos temporal.
Las fotografías que lograste son impactantes. ¿Cuánto de improvisación y cuánto de composición previa hay en ellas?
Muchas de ellas, sobre todo al principio, fueron muy espontáneas. Yo llegaba a una aldea, conocía a una mujer o un hombre con un panel solar y hablaba con ellos. Les preguntaba siempre cómo había cambiado su vida con la corriente eléctrica y, dependiendo de sus respuestas, en su ambiente, creaba una escena documentando eso. Muchas veces no tenía más que una hora para hacer esa foto, así que me limitaba a ver la situación, imaginarme el resultado que más o menos quería conseguir y trabajaba siempre con gente de la aldea que, por ejemplo, me ayudaba para sujetar una luz. Hubo veces en las que había 80 personas a mi alrededor, curiosas por saber qué era lo que estaba haciendo.
Una vez que ya tenía 7 u 8 hechas, es cuando empecé a confeccionar una lista de fotografías que quería hacer para darle más cuerpo al proyecto, que sea más dinámico, variado y, sobre todo, que la historia fluyera mejor. Para esas sí que fui con una idea y composición bastante claras.
Aparte de la idea, de la composición y de la percepción del fotógrafo, es importante el equipo con el que trabajas. ¿Qué equipo usas normalmente y por qué?
No es por darle promoción a Sony, pero la verdad es que la Sony RX1 es mi cámara desde que empecé hace dos años en Birmania, y como el 35 mm es el que más me gusta y es una cámara espléndida, es la que más uso, sobre todo porque no hace ruido, es pequeña, no pareces un paparazzi y la gente no siente que estás entrometiéndote en su privacidad. Para mejorar, estudia otras fotografías, cuadros de arte, películas...
Parecer un turista y no un fotógrafo ayuda mucho a trabajar mejor, tanto para los fotografiados como para mí. También tengo una Canon 5D Mark III, que uso, por ejemplo, cuando he tenido algún trabajo de vídeo o cuando tengo que usar un objetivo más cercano, como un 50 mm.
Hemos comentado hace un momento lo importante que es viajar para tener esa sensibilidad social, algo importantísimo para un fotógrafo documental. ¿Qué otras cosas son necesarias para crecer como fotógrafo?
Mirar mucha fotografía. Cuando no estoy en medio de la nada, sin Internet y alejado de la civilización, intento pasar el máximo tiempo posible mirando y analizando fotografías. Estudio con placer lo que se hizo hace 50 años, dejándome inspirar por otras visiones, preguntándome por qué tal encuadre, iluminación, etc. Luego es importante prestarle atención a otro tipo de formas artísticas. Aprender a usar una cámara lo puede hacer todo el mundo, pero entrenar el ojo es lo difícil, es lo que necesita más tiempo y experiencia. Para conseguir un ojo entrenado hace falta observar, estudiar pintura, cuadros de Velázquez, Goya, Rembrandt, o películas con buena fotografía.
¿Qué fotógrafos te han influenciado más?
Alex Webb me parece extraordinario. También me encanta Sebastião Salgado, aunque mucha gente me pregunta si soy familiar de él. ¡Más quisiera yo! Me abriría muchas puertas. De él me gusta su estilo, su ojo y su estética tan potente. Su manera de contar historias en blanco y negro siempre me ha impactado.
¿Qué opinión tienes de la fotografía móvil?
A mí me parece muy bien. Es algo positivo porque el mundo del periodismo y del fotoperiodismo, sobre todo a nivel revista y periódico, se está muriendo, aunque sea trágico. Lo bueno de las redes sociales, como Instagram, es que son plataformas que ayudan a que tengas más visibilidad. Puedes ganar dinero con ellas. Conozco a fotógrafos que lo hacen y hasta a mí me han ofrecido algún trabajo con el iPhone para llevar la cuenta de una empresa o de una ONG durante una semana. Son nuevas posibilidades que están abriéndose para cualquier persona y muchos dicen aquello de que todo el mundo puede comprarse una buena cámara y ya es un fotógrafo. Vale, hacer una foto bonita, una postal, es muy fácil hoy en día, y quizá los fotógrafos de postales están perdiendo su trabajo, pero saber contar una historia en el mundo documental, que transmita emociones, que fluya de principio a fin, que el espectador sienta algo, eso es mucho más complejo que apretar un botón y tener buena luz. Es una combinación de muchas cosas, de ojo, de originalidad... y para eso hace falta tiempo y dedicación.Con redes sociales o sin redes sociales...
Exactamente. Cuantas más herramientas haya para poder expresarte, bienvenidas sean.
Para ir acabando, ¿qué te ha parecido la experiencia en los Sony World Photography Awards?
Imagínate, llevo viviendo de la fotografía dos años, así que para mí el premio ha sido un halago enorme. Me motiva para seguir con esto y, de hecho, este proyecto lo estoy expandiendo a diferentes países para globalizarlo. En este sentido, no hay ninguna duda sobre los SWPA y la gran importancia que tienen. Junto con el World Press, son actualmente los más relevantes, no solo por el prestigio, sino por la visibilidad que le dan a proyectos sociales como el mío.
¿Qué viene tras el premio?
Después de que el proyecto haya sido publicado en Time Magazine o en la revista Geo en España, he recibido mucho feedback de gente interesada en aportar su granito de arena al proyecto. Y es por eso que he creado junto con dos lectores un crowdfunding por IndieGoGo que se pondrá en marcha el 1 de junio y que, junto con una ONG importante en Birmania, pretenderá recaudar dinero para distribuir paneles solares en una zona rural de Birmania. Es una manera de usar la fotografía para que tenga un efecto directo.
Estaremos pendientes de ello. ¡Muchas gracias por tu tiempo y enhorabuena por el premio!
Gracias a vosotros.
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Puedes ver todas las fotos del proyecto "Solar Portraits in Myanmar" en la web oficial de Rubén Salgado.
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