miércoles, 26 de noviembre de 2014

El sector del automóvil también se cansa de las copias chinas

El sector del automóvil también se cansa de las copias chinas

No solo los fabricantes de móviles europeos y americanos se están cansando de las copias chinas, sino que ahora el enfado del sector del automóvil es monumental tras la copia descarada del Range Rover Evoque.


Los fabricantes chinos están enfadando mucho y a muchos. La que está llamada a ser la próxima potencia mundial, si es que no lo es ya, hace poco saltaba a los titulares por el enfado de los fabricantes de móviles occidentales, que están viendo en el mercado emergente chino cómo se copian sus terminales y se ponen a la venta con un precio -y un margen- muy reducido. Ahora este enfado salta a otro sector, y con razón.


Es un secreto a voces que los fabricantes de automóviles chinos llevan tiempo copiando el diseño y parte de la tecnología de los fabricantes europeos, pero como sucede en el caso de los terminales móviles, al estar limitados al mercado local, donde este tipo de prácticas están aceptadas, el margen de maniobra de los fabricantes afectados es muy limitado.


Diferentes sectores están pidiendo a la UE que proteja la propiedad industrial de sus empresas frente a ChinaAhora, con el Salón de Guangzhou en marcha, el enfado de Land Rover ha sido monumental, puesto que uno de los fabricantes chinos de automóviles, ha copiado descaradamente uno de los éxitos del fabricante británico con la presentación del Landwind X7, un vehículo chino que se ha inspirado de forma muy notoria en el Evoque. El problema para el fabricante británico es que la copia china es sensiblemente más barata, puesto que el Landwind X7 parte de los 16.000 euros frente a los 31.000 euros del Evoque. Claro, los chinos se han ahorrado el diseño y desarrollo, como sucede en el caso de los terminales móviles.


¿Y de dónde más ahorramos? Pues está claro, al no estar bajo el paraguas de la Unión Europea, los chinos parecen haberse olvidado de las pruebas EuroNCAP, y claro, el fabricante de Landwind X7 repite de nuevo, y de forma nefasta los malos resultados de las pruebas de seguridad. Como todo en la vida, lo bueno hay que pagarlo, y en el caso de un coche, la diferencia entre la copia china y el original europeo es que este último puede salvarte la vida.


Ahora, ya hay un sector más que se cansa de la copias chinas, y la Unión Europea ya está moviendo ficha para proteger a sus empresas, com suele ser habitual. Mucho me temo que, como en el caso de los fabricantes de móviles, tardaremos mucho tiempo en ver esos productos por el viejo continente.




















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