martes, 31 de marzo de 2015

¿Por qué le echamos la culpa a la Luna?

¿Por qué le echamos la culpa a la Luna?

¿Qué tiene la Luna llena? ¿Por qué nos empeñamos en culparla de numerosas cuestiones, a cuál más bizarra y complicada? No, la culpa no es de la luna. La culpa es de nuestra manera de ver las cosas.


¿Qué demonios pasa con la luna llena? La gente dice que durante esas noches hay cierta tensión en el aire. Los hospitales, comentan, se llenan de heridos y locos. Al mundo le da por volverse un poco más inquieto en esos momentos. ¿Verdad? Pues en realidad no. Sin embargo, es un mito increíblemente extendido. Sanitarios de todo el mundo creen que, efectivamente, durante la luna llena ocurren más incidencias, a pesar de las evidencias que van en su contra. Tanto es así que han tenido que realizarse varios estudios para desmentir esta creencia. Y es que las creencias, sobre todo si están relacionadas con la sanidad, cuestan dinero y salud. Montones son los mitos asociados a las noches de luna llena y montones las pruebas que los contradicen. Y sin embargo, siguen estando ahí. El sesgo de confirmación sigue jugando en nuestra contra. Al fin y al cabo, somos humanos y es muy difícil librarse de los viejos fantasmas.


No, la luna no tiene la culpa de nada


Desde el inquietante aullido de los lobos a la locura transitoria, la luna llena ha sido bautizada y nombrada tradicionalmente como la madre del misterio. Algunos de los mitos más extendidos en nuestra sociedad se relacionan con la salud. Hay quién cree que la luna llena, como con las mareas, incide en nuestros "humores" vitales, provocando un aumento de la enfermedad. Es más, también hay quien cree que la demencia, debido a un proceso parecido, se agrava durante estas noches. Otra increíble creencia se refiere al aumento de los errores médicos durante las noches de luna llena, lo que hace que mucha gente tema operarse (y esto lo digo por experiencia propia) durante estos días. También hay quién cree que durante la luna llena los animales son más agresivos y se producen más Los lobos no aúllan a la luna, al igual que no hay más violencia durante la luna llenamordeduras y ataques. Si sumamos todo esto, el resultado es claro: los hospitales deben ser un infierno durante las fases de luna llena.


Pero nada más lejos de la realidad. Porque no, la luna no es la causante de ningún aumento de ningún tipo. Son cientos los estudios que contradicen semejantes creencias. La admisión de enfermos es exactamente igual, estadísticamente hablando, en una noche cualquiera que las noches de luna llena. No hay más crímenes, ni más accidentes, ni aumenta el cáncer. Tampoco los partos, ni los embarazos. Y, sí, alguien se ha dedicado a contar y a estudiar si esto es cierto o no. Los estudios muestran un patrón claro: el mismo que cualquier otra noche. El mito de la luna llena no deja de ser eso mismo, un mito, romántico y bonito, pero falso. Aún así hay quién seguirá afirmando que esos estudios son incorrectos y que su experiencia les dice lo contrario, lo que puede parecer algo anecdótico, pero no lo es.


El maldito sesgo de confirmación


El problema principal, lo que nos hace creer a pesar de las evidencias en algo que es falso suele ser el llamado sesgo de confirmación. Éste es uno de los más sencillos y a la vez más extendidos y potentes. Básicamente, este sesgo consiste en valorar más (y mejor) los resultados que se ajustan a nuestros valores, a lo que esperamos y creemos, en contraposición a los resultados que contradicen a nuestra experiencia. Experiencia que no tiene por que ser real. Es una especie de "amimefunciona" a un nivel más básico. El sesgo de confirmación actúa tanto en las creencias sobre la luna llena como en otras pseudociencias. Es algo natural para nuestra mente, ya que la experiencia suele ser la base de la supervivencia. Pero esto tiene una implicación muy grave. En sanidad, por ejemplo, Por cada estudio que avala la pseudociencia, existen al menos 40 que lo contradicen o demuestran que no está bien hechotomar medidas o la decisión de un supervisor ante una noche de luna llena puede costar dinero al hospital.


También puede incrementar la cola en la lista de cirugía si los pacientes optan por poner excusas. Y esto es un caso real. En otros ámbitos, como con los antivacunas o la homeopatía, este mismo sesgo cuesta no solo dinero, sino también vidas. Aunque existen estudios que tratan de demostrar que la luna llena tiene influencia en nuestras vidas, por cada uno que hay, existen al menos 40 que lo contradicen o demuestran que no está bien hecho. Esto también es muy común en las pseudociencias. Hay que identificar lo que parece ciencia pero no lo es. El caso de la creencia en la luna llena es un ejemplo perfecto, y asumible, que puede tener consecuencias positivas para enseñar como una mala interpretación o un sesgo puede cambiar nuestra forma de ver las cosas. Y para mostrar su poder, vamos a listar algunos de los mitos más extendidos sobre la luna llena:



  • Los lobos no aúllan a la luna llena

  • No hay más accidentes durante las noches de luna llena

  • No hay más partos durante la luna llena

  • Las personas no se inquietan durante la luna llena

  • No hay más reyertas ni conflictos durante la luna llena

  • No hay más detenidos durante la luna llena

  • Los animales no son más agresivos durante la luna llena

  • La mujer no es más fértil (en general) durante la luna llena

  • El pelo no crece más durante la luna llena

  • La luna llena no deprime más a la gente

  • No hay más complicaciones quirúrgicas durante la luna llena


Y podríamos seguir. Todos estos mitos han sido estudiados directa o indirectamente (como los de comportamiento animal), sin encontrar relación alguna. Con esto no debemos caer en una falacia. Estos ejemplos solo sirven para mostrar que todos deberíamos considerar dos veces cualquier afirmación, aunque esta pudiera concordar con lo que creemos adquirido por la experiencia. La experiencia es algo necesario, pero a veces es también bastante mentirosa.




















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