El tema de las suturas tras una operación quirúrgica ha ido mejorando con el tiempo. Al principio se usaban materiales no-biodregradables que evidentemente acababan dejando cicatriz, y tendían a infectarse mucho más. Hoy en día se usan hilos biodegradables, que acaban cayéndose o se absorben por el propio cuerpo, aunque siguen existiendo ocasiones donde no es posible usarlos (o donde incluso se llegan a usar grapas quirúrgicas, dando lugar a la correspondiente cicatriz). Sin embargo, puede que esto pronto sea cosa del pasado, pues actualmente la tónica es desarrollar adhesivos biodegradables. De momento la cosa estaba complicada, pues los métodos actuales no acababan de ser compatibles con las células y los tejidos vivos. Sin embargo, ahora se ha conseguido sortear este obstáculo.
Nanofibras de polímetos rociadas con un aerógrafo común
La clave ha sido rociar los materiaels biodegradables, compuestos por nanofibras de polímeros, con un aerógrafo comercial directamente sobre los tejidos. Estos materiales no se usarían solo en cirugía, sino también para implantes liberadores de fármacos o como andamios para ingeniería de tejidos.
La idea corrió a cargo de Peter Kofinas, bioingeniero de la Universidad de Maryland. Como actualmente se usaban métodos como el electrospinning, donde se usa una corriente eléctrica para fijar los materiales biodegradables que acaba dañando a las células, era necesario encontrar una solución. Y parece que la solución ya se vende en los centros comerciales, aunque hacía falta adaptarla. La idea de Kofinas fue crear las esteras de nanofibra directamente sobre los tejidos vivos usando un aerógrafo común, típicamente usado como herramienta para aplicar pintura.
Para ello probaron diferentes polímetos biodegradables o PLGA compatibles con el aparato. Finalmente se decidieron por crear esteras de fibra de unos 370 nanómetros de diámetro. Y parece que la cosa ha ido bien, pues han conseguido sellar hernias de diafragma, suturar pulmones o intestinos, e incluso el hígado de un cerdo. En su PLGA hay acetona, un compuesto disolvente (os sonará, pues se usa para eliminar la pintura de uñas), el cual se evapora cuando las nanofibras se depositan en el tejido, por lo que no produciría toxicidad. Además, las células rociadas no se alteran tras las 24 horas después de la sutura. Según las pruebas, las nanofibras se degradan en 42 días. Todo ventajas, al menos de momento.
Vía | Chemical & Engineering News.
El artículo Crean un material biodegradable para sustituir a las suturas quirúrgicas se publicó en Omicrono (Tu mundo de actualidad, tecnología, software e Internet.)
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