jueves, 2 de octubre de 2014

¿Debemos dar la cara en internet o mantener el anonimato?

¿Debemos dar la cara en internet o mantener el anonimato?

¿El anonimato en internet es beneficioso o perjudicial? Los trolls son el lado más amargo pero también hay comentarios valiosos tras los alias y la decisión sobre permitir o prohibir el uso de nicks es complicada.


"¡Vaya pinta más ridícula tienes, imbécil!", el comentario está en nuestro perfil en Instagram y viene de un alias, de esos tras los cuales se agazapan usuarios que aprovechan el anonimato de la red para disparar sin piedad sobre sus víctimas. Algunos los llaman trolls, aunque yo tiendo a pensar que en realidad es gente normal, como tú y como yo, que se escudan en un nick para dar rienda suelta a sus frustraciones o bien al lado más sádico de una persona. Y seguro que te lo habrás preguntado alguna vez ¿por qué? ¿qué hay detrás de este comportamiento? Si miramos al aspecto psicológico de este comportamiento nos encontramos con que los trolls obtienen una buena recompensa de sus ataques: se sienten aliviados, desahogados y lo que es más importante, con las redes sociales encuentran una buena forma de lanzar al mundo sus proclamas.


Visto así, parece que el anonimato es un cáncer que debe abolirse de forma inmediata en las redes sociales, y todo para preservar el buen comportamiento y evitar insultos. Algo así debió pensar el responsable del asunto en Facebook, que obligó por decreto a los usuarios a utilizar sus verdaderos nombres. Muerto el perro, se acabó la rabia ¿el problema? que algunos usuarios, por motivos personales, prefieren no utilizarlos, y así el colectivo de drag-queens se levantó en armas por causas evidentes, dejando patente que esa política de rompe y rasga les ponía en una situación difícil. El asunto llegó a mayores y Facebook tuvo que recular en una extraña maniobra en la que no se sabe muy bien cómo quedan las cosas.


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Por otro lado, hay otro elemento que hay que tener en cuenta: al prohibir el anonimato en determinadas redes sociales o blogs, es cierto que se acaba con el grueso de los trolls, pero también se pierden valiosos comentarios de gente que, por cualquier motivo, prefiere no estar con su nombre real en primera línea de fuego. Como suele suceder en muchos casos, se trata de un difícil equilibrio en el que hay que sopesar lo que se gana y lo que se pierde. Y por cierto, en este asunto, algunos lo tienen claro y han optado por la dirección contraria: nos referimos a ELLO, esa red social que permite el anonimato y además, esquiva la publicidad. Opciones tenemos.




















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