¿En cuantas ocasiones has tomado una decisión basándote en tu intuición? Pues si estaba relacionada con una persona probablemente tu intuición estaba mucho más relacionada con su rostro mucho más de lo que te atreverías a imaginar.
Podemos sacar mucha información con tan solo echar un vistazo a una persona. Información de más, de hecho. Según muestra un reciente estudio nuestras decisiones y opiniones podrían estar más influenciadas por un detalle que de primeras parece completamente trivial y superfluo: las caras de la gente.
Culpable o inocente. Mentiroso o sincero. Capaz de afrontar un trabajo o irresponsable. Bueno como presidente de un país o un sinvergüenza. Todas estas opiniones y sus decisiones asociadas, votar a un candidato o a otro por ejemplo, podrían estar mucho más influenciadas por el rostro de lo que nos atrevemos a admitir. Así lo muestra la investigación llevada a cabo por los doctores C. Y. Olivola, F. Funk y A. Todorov presentado recientemente en el área de ciencias cognitivas. Es más, este estudio se atreve a ir un paso más adelante y afirmar que no hay razón ninguna para hacerle caso a nuestra intuición en estos temas.
De ti me fío...
El estudio solo viene a confirmar y extender el conocimiento que tenemos sobre otras investigaciones previas que muestran que tanto la apariencia como el rostro nos influyen mucho en diferentes aspectos de nuestra vida. Por ejemplo, en una investigación anterior realizada por dos de los mismos científicos se pone de manifiesto que la gente es capaz de votar, o al menos de confiar más en su elección, dependiendo del rostro de la persona a la que va Somos capaces de elegir un candidato en vez de a otro tan solo por su rostro
a votar. En el nuevo estudio las conclusiones van más allá mostrando que con modificar algunos de los rasgos la gente es capaz de asociar valoraciones contundentes al respecto.
Por ejemplo, a la hora de pedir dinero es mucho más fácil conseguirlo si el rostro nos da a entender que la persona es digna de confianza mientras que los rasgos más taciturnos nos predisponen a no aceptar ninguna petición. Esto también se observa en la valoración de si una persona es competente o no en su trabajo, tal y como se puso de manifiesto. Por supuesto estas decisiones no tienen por que ser críticas pero eso dicho de que "por los ojos entra" es mucho más real de lo que nos pensamos pudiendo afectarnos en importantes decisiones de la vida cotidiana.
No puedes confiar en todo lo que ves
Como explicábamos, los investigadores también han tratado, en la medida de lo posible, de relacionar las decisiones que inspiraban los rostros con la validez de las mismas. Por desgracia la conclusión es clara: no te puedes fiar. Lo que nos inspiran las caras de los demás no equivale siempre a lo que esconden. Tanto en el sentido positivo como en el negativo. Esto influye en gran medida al éxito y resultado de las decisiones que tomamos, cosa que no muestra una relación real con los sentimientos que nos inspiran según el estudio. Esto quiere decir que más vale hacer un ejercicio de abstracción para sacarnos de encima esos prejuicios y tener en cuenta otros factores mucho más importantes.
No obstante, es muy difícil por que estamos programados para ello. Los primates, en especial los humanos somos una especie claramente visual, nos fiamos de lo que vemos. Esto nos da muchos problemas pero también nos ha sacado de infinitos apuros a lo largo de nuestra historia. Ahora bien, con hallazgos como estos podemos mejorar el sistema de elección tanto a nivel de marketing como en aspectos tan serios como las entrevistas de trabajo. Tal vez algún día estemos por encima de cosas tan banales, pero probablemente entonces ya no seamos tan humanos.
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