Usar viejos vagones de tren para crear arrecifes artificiales puede dar como resultado muchas cosas buenas. En primer lugar unas espectaculares imágenes. Pero más importante, matar dos pájaros de un tiro: ayudar al ecosistema y eliminar basura de la manera más limpia posible.
¿Qué se puede hacer con los vagones viejos? En Nueva York parecen haber tenido una idea muy clara al respecto: crear arrecifes artificiales. Una manera de aprovechar los desechos y crear unos entornos de ciencia ficción.
Éste es solo un ejemplo de cómo la idea de "arrojar basura" puede convertirse en una idea que ayude a mejorar el ecosistema marino. Los arrecifes son lugares que promueven la biodiversidad y actualmente, en numerosos puntos de la tierra, se encuentran muy amenazados. La modificación en la dinámica de corrientes, el cambio climático o la contaminación ponen en peligro algunos de los lugares más maravillosos de nuestro planeta. Con iniciativas como ésta se vuelven las tornas, convirtiendo lo que podría ser un deshecho en una nueva oportunidad para que crezca la vida.
Arrecifes artificiales
Para crearlos se pueden usar numerosas estructuras inservibles. Esto, que a simple vista puede parecer poco ecológico, supone un enorme beneficio, como muestran varios estudios que han comprobado el aumento en la biodiversidad de varios arrecifes artificiales previamente dañados. En este caso concreto, el fotógrafo Stephen Mallon se dedicó a obtener las impresionantes imágenes que vemos abajo, capturadas en el momento de la operación de desembarco de unos vagones en desuso frente a las costas de Nueva York.
El resultado es espectacular. Al cabo de más de 10 años podemos observar como numerosas especies de coral, pólipos, algas y fanerógamas marinas han crecido dentro de los vagones, creando un lugar casi de película. Para ello, los vagones obsoletos de la red de metro neoyorquina fueron desmantelados, limpiados y descontaminados, dejando las estructuras más inocuas desnudas. Esta iniciativa, conocida como Redbird Reef y que comenzó en el año 2000, ha seguido enviando nuevos vagones en vistas a los positivos resultados de aquel primer intento. Pero el de Nueva York es solo uno de los tantos proyectos alrededor del mundo, dispuestos para tratar de recuperar ecosistemas en peligro mediante una pequeña ayuda humana.
La importancia de los arrecifes
Los arrecifes artificiales se presentan actualmente como una de las soluciones ante un mar que cada día se enfrenta a más peligros. Los arrecifes son importantísimos por varios motivos. En primer lugar son un refugio para la fauna marina, ecosistemas que promueven la biodiversidad. Hace un tiempo os contamos que la pérdida de biodiversidad está sujeta a una menor calidad de vida. Esto también es así en referencia al mar, por supuesto. Eso sin contar las cuestiones éticas y morales de defender la vida y sus especies. Pero la función de los arrecifes no es solo esa. También actúan protegiendo las costas Los arrecifes permiten que se mantengan las playas y su arena no sea arrastrada mar adentro
de la dinámica costera, que se lleva nuestras playas o desnuda el suelo marino.
Por si fuera poco, los arrecifes artificiales ayudan también en el caso de un maremoto, permiten ganarse la vida con el ecosturismo o incluso mejorar las condiciones para practicar actividades lúdicas como el surf o la navegación. La ecología marina es una disciplina con mucha fuerza, pero eso no evita que la población se encuentre desinformada. ¿Qué misterios se esconden en el mar? Muchas veces se nos olvida, por que no lo vemos, que hay un mundo muy distinto bajo las aguas. Esto provoca la desaparición de especies, paisajes y ecosistemas sin que apenas nos demos cuenta y por nuestra culpa directa. Aunque hay muchísimos aspectos que estudiar al respecto, iniciativas como esta, que emplean estructuras de deshecho para generar nuevos arrecifes, matan dos pájaros de un tiro y nos ayudan a mantener un mundo más vivo.
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